En la antiguedad existía un concepto de autoridad, en el cual el líder era concebido como una persona superior al resto, con dones especiales, con algún componente mágico o religioso. Se creía que sus dones y poderes se transmitían de generación en generación y eran otorgados por los dioses (líder nato). Con el tiempo se buscó la forma de crear nuevos lideres, por ejempo a través de la transmisión de conocimientos y habilidades.
En nuestros días, la psicología ha relacionado esto con el vínculo psicológico que se establece con el padre, afirmando que lo que se busca en el líder es la seguridad que proporciona la figura paterna. Normalmente tendemos a ver a nuestro padre como un ser perfecto e infalible, y reproducimos ese concepto para los líderes, considerándolos, personas más capaces e inteligentes que nosotros mismos. Los estudios sobre liderazgo nos dicen que ciertas habilidades son comunes a todos los líderes, estableciendo que son, en general, más brillantes, ofrecen mejores criterios, interactúan más con el ambiente, trabajan bien bajo tensión, toman las mejores decisiones, tienden a tomar el control y el mando, pero sobre todo se sienten seguros de si mismos.
¿Qué es un líder?
El líder una persona capaz de influir en los demás. Es la referencia dentro de un grupo y por ende lleva "la voz cantante" dentro del grupo; su opinión es la más valorada. A los miembros del grupo les inspira confianza la existencia del líder.
El liderazgo no tiene que ver con una posición jerárquica: Se puede ser jefe de un grupo y no ser su líder y, se puede ser el líder sin ser el jefe. El jefe decide en virtud de la autoridad que le otorga su posición. El líder, puede no disponer de dicha autoridad, pero tiene también la capacidad de decidir en base a la influencia que ejerce, dada por la "autoridad moral" que tiene sobre el resto.
Además de esta capacidad innata para gestionar equipos, consigiuiendo que cada miembro trabaje y aporte lo mejor de sí mismo en la lucha por alcanzar un objetivo común, el líder se caracteriza también por su visión de futuro. Mira a largo plazo, marca objetivos ambiciosos para la organización y que consigue ilusionar al equipo en la búsqueda de los mismos. El líder anticipa los cambios, se adelanta a los competidores.
¿El líder nace o se hace?
Es una pregunta que surge siempre que se aborda el tema del liderazgo.
La opinión generalizada es que algunos líderes que nacen con capacidades innatas y hay otros que se van formando en su desarrollo profesional. Las habilidades innatas favorecen el desarrollo del líder, pero sin dudda, resulta determinante la formación y la experiencia adquirida.
Hay técnicas de liderazgo, de toma de decisiones, de conducción de equipos, de motivación, de comunicación, etc. que el líder tiene que conocer y dominar. Siempre es útil el feed-back del grupo que rodea al líder para ver qué se está haciendo bien y donde hay que mejorar. Asumir responsabilidades, tomar decisiones, solucionar problemas, enfrentar situaciones difíciles, permitirá ir forjando a un auténtico líder.
Otro aspecto esencial para poder ejercer un buen liderazgo es conocer el terreno en el que uno se mueve. El líder no tiene porque ser un especialista en la materia, pero si tendrá que tener una formación sólida e integral, que le permita tener ideas muy claras y un conocimiento global de la actividad que desarrolla. El liderazgo se basa en un reconocimiento espontáneo por parte del resto del equipo, lo que exigirá dar la talla, estar a la altura de las circunstancias. Si el grupo detecta en él carencias significativas terminará por rechazarlo. Si bien se entiende que el líder no tiene por qué conocer hasta el último detalle de cada asunto (para eso están los expertos), pero sí espera de él un conocimiento suficientemente sólido.
No obstante, hay que señalar que no es líder quien quiere sino quien puede. Para ser líder hay que tener unas cualidades personales muy sobresalientes que no todo el mundo posee.
Visión de futuro
En un mundo tan cambiante como el actual tan sólo sobreviven aquellas empresas que saben adaptarse a los cambios con rapidez. Y el saber anticiparlos, el ser capaz de tomar la iniciativa, constituye una ventaja competitiva de primer orden y permite que la empresa gane posiciones.
El líder tiene la habilidad de adelantarse a los acontecimientos, se caracteriza por la capacidad de "ir por delante", de prever los movimientos del sector. Esto le permite tomar medidas oportunas para que la empresa se encuentre siempre en primera línea. Esta capacidad estratégica es captada por el grupo y en ella se basa gran parte de la confianza que éste deposita en su líder, en la medida en que entiende que su futuro se encuentra en buenas manos.
El líder es seguido por el equipo porque genera confianza; su visión de futuro es exigente, pero creíble y motivadora: genera entusiasmo. El futuro que el líder defiende conlleva objetivos difíciles pero alcanzables.
Su visión de futuro genera un fuerte consenso dentro de la organización. Debe ser un futuro que busque el bien de la empresa, pero también el de cada uno de sus empleados. Si no fuera así, difícilmente conseguiría el respaldo del grupo, y sin este respaldo difícilmente podría alcanzar sus objetivos.
Por ejemplo, si el gerente de una empresa busca maximizar el beneficio a base exclusivamente de recortes de gastos (incluyendo reducciones de plantilla) no va a generar entusiasmo entre los empleados (el interés de la empresa chocaría con el particular de cada persona). Si por el contrario, basará su estrategia en mejorar la calidad de los productos, buscando un crecimiento del beneficio empresarial del que se beneficiaran también los empleados, es muy probable que éstos pusieran su empeño en el logro del objetivo.
Por otro lado es esta visión de futuro lo que distingue a un líder de un buen gestor. El buen gestor es capaz de conseguir que los empleados trabajen eficientemente, que se encuentren motivados, que alcance los resultados propuestos, pero le falta esa visión estratégica que es básica para asegurar la supervivencia de la empresa.
El liderazgo como función dentro de una organización
Dejando de lado el punto de vista de que el liderazgo es una cualidad personal, actualmente con la consolidación de las teorías de la administración y de las organizaciones, esta cobrando mayor fuerza el estudio del liderazgo como una función dentro de las organizaciones. Esta perspectiva establece que los grupos de personas se integran y se organizan, enmarcando sus actividades hacia objetivos comunes. Según este enfoque el líder surge como resultado de las propias necesidades de un grupo en particular. Algunas teorías operacionalesexpresan que un grupo siempre actúa a través de uno de sus miembros, ya que si todos tratan de hacerlo simultáneamente, el resultado será, por lo general, algo difuso, confuso o ambiguo.
La necesidad de surgimiento del líder en el grupo se hace mas evidente y real cuando los objetivos del grupo se hacen más amplios y mas complejos. El líder debe diferenciarse de los demás miembros porque:
- Debe ejercer mayor influencia dentro de las actividades y su organización, - Su apoyo lo hace responsable mas que ninguna otra persona, del logro de las metas del grupo o la comunidad (adquiere mayor status), - Tiene que distribuir el poder y la responsabilidad entre los miembros de su grupo.
Muchos creen en la existencia líderes natos, pero hoy se fundamente la posición de que se pueden crear líderes, con solo reforzar aquellas habilidades de liderazgo necesarias para una organización o situación especifica.
Liderazgo en cualquier puesto de trabajo
Hay que diferenciar liderazgo de poder jerárquico. La jerarquía puede dar poder, pero la autoridad moral sólo se consigue con el liderazgo. Puede ocurrir que en un grupo humano el jefe y el líder sean personas diferentes:
El jefe es aquél que ocupa el puesto jerárquico más elevado, mientras que el líder es quien que goza de autoridad moral sobre el resto del grupo. En una situación como ésta, el jefe podrá dar órdenes que serán acatadas y cumplidas por miedo a posibles sanciones disciplinarias, mientras que el líder no dará órdenes (no tiene autoridad jerárquica), pero sus indicaciones, opiniones y planteamientos, serán aceptados por el resto de la organización.
Por tanto, hay que dejar muy claro que el liderazgo no es sólo un rol reservado a la cúpula directiva de una empresa, sino que es un papel que puede ejercer cualquier persona con independencia del puesto que ocupe. La capacidad del líder de movilizar al equipo, de alcanzar los objetivos, de tomar decisiones, de conseguir resultados, de ser la referencia del grupo, etc., se puede realizar en cada nivel de la organización.
Cada persona podrá ejercer su liderazgo dentro de su área de competencia.
Por ejemplo, dentro de una empresa el primer ejecutivo podrá ejercer de líder, pero también podrá hacerlo el jefe de un departamento, un comercial, un administrativo, un mecánico, etc. El primer ejecutivo lo ejercerá sobre toda la organización, mientras que el jefe de un departamento podrá hacerlo dentro de su unidad, y el comercial, el administrativo o el mecánico podrán jugar este papel entre sus compañeros.
Un empleado que ocupe una posición intermedia o baja dentro de una empresa no tiene por que limitar su actuación a un mero conformismo o seguidismo, sino que dentro de su esfera de actuación podrá adoptar una actitud activa, innovadora, luchadora, inconformista, preocupada por el bien de la organización y motivadora para el resto del equipo. En definitiva, puede ejercer un liderazgo tan intenso como si ocupara el primer puesto del escalafón.
De hecho, una de las responsabilidades del líder de una empresa es promover este espíritu de liderazgo en todos los niveles de la organización. Un líder que no consigue contagiar su entusiasmo, fomentar sus valores y su modo de trabajar es un líder que en cierta modo ha fracasado. Además, el líder tiene la obligación de ir formando nuevos líderes entre sus colaboradores con vista a que el día de mañana puedan sustituirle.
Liderazgo en la propia vida
Es muy difícil separar totalmente la vida profesional de la vida personal.
No suele ocurrir que una persona sea un líder en su trabajo y en cambio se comporte de manera conformista, sin empuje, en su vida privada. El líder suele actuar con el mismo nivel de autoexigencia, de búsqueda de la excelencia y de comportamiento ético en todos sus ámbitos de actuación (profesional, familiar, personal, etc.).
El líder debe ser una persona coherente, capaz de mantenerse fiel a sus principios y de no renunciar a ellos en pro de su carrera profesional. El líder tiene que ser capaz de defender sus principios aunque esto le pueda suponer graves contratiempos profesionales.
Además, es fundamental que el líder mantenga una vida equilibrada, dedicando tiempo no sólo a su vida profesional, sino también a su vida personal y familiar.
El liderazgo conlleva tal nivel de responsabilidad y de presión, requiere tanta ilusión y optimismo, demanda tanta persistencia y dedicación, exige tanta capacidad para convencer, animar, motivar, etc., que tan sólo una persona con una vida equilibrada será capaz de dar lo mejor de sí misma y estar a la altura a de las circunstancias.
Para que una persona pueda desarrollarse en todos sus ámbitos y no dejar que el profesional lo termine absorbiendo todo es fundamental aprovechar el tiempo al máximo. Hay que sacarle tiempo al tiempo (el tiempo es un bien escaso que hay que optimizar). El tiempo pasa rápido y cada día cuenta: un día que no se aproveche es un día perdido. El líder no se puede permitir el lujo de perder el tiempo.
Características básicas del líder
Dentro de las características que se consideran básicas de un líder se deben incluir:
1) Tener carácter de miembro del grupo que encabeza.
2) Poseer rasgos predominantes.
3) Saber organizar y pasar a la acción.
4) Tener carisma.
5) Ser visionario.
6) Tener coraje lo que lo lleva a asumir riesgos
7) Contagia entusiasmo:
8) Ser un buen negociador.
9) Tener capacidad de mando.
10) Ser coherente
Aunque son prácticamente casi tan importante como las anteriores, se pueden considerar como características complementarios el ser: Trabajador, Perseverante, Flexible, Autodominio, Realista, Justo, Humano, Accesible, Humilde, Generoso, Inquieto y Optimista.
El antilíder
Hemos enumerado las cualidades que todo líder debe poseer. Por oposición a ellas tendríamos aquellas otras que caracterizarían al antilíder.
No obstante, podemos señalar algunas de las más relevantes:
- Soberbio.
- Incumplidor.
- Temeroso.
- Apagado.
- Rehuye el riesgo.
- Deshonesto.
- Falto de visión.
- Egoísta.
- Autoritario.